A lo largo de estos tres años impartiendo Kundalates he ido dándole forma al sistema, y me he dado cuenta de que seguramente siempre seguiré dándole forma.
Todo sistema tiene que ser por necesidad limitado ya que está basado en el conocimiento, y el conocimiento siempre está aumentando, siempre se está aprendiendo. Esa también es su parte buena, la posibilidad de estar siempre abierto a incluir nuevos ejercicios, nuevas formas de trabajar en una clase, sino a la larga uno acabaría aburriéndose.
Por eso el variar ejercicios, rutinas, ritmos, y la improvisación, es un punto básico en las clases de Kundalates. Me alejo de la rigidez y de los esquemas preconcebidos todo lo que sea posible, y por lo que he visto en estos tres años, los resultados de hacerlo son muy buenos.
Los alumnos trabajan duro pero se divierten a la vez, y yo también me divierto. Creo que el día que deje de divertirme dando clase me tendré que dedicar a otra cosa.
Muchas personas han sentido los efectos positivos de la práctica del Kundalates. Mejoras de problemas de espalda, reducción de ansiedad, estrés. Alguna persona dejo atrás molestias de espalda que no le desaparecían ni con fisioterapia y masajes, molestias acarreadas durante años.
Y si los alumnos mejoran su calidad de vida… es una gran alegría!
Ese es el motivo de la creación de este sistema de ejercicios todavía muy poco conocido, mejorar la calidad de vida de las personas, eliminar en la medida de lo posible las molestias físicas que se puedan tener, y en personas que ya tienen una buena salud, mantenerla, incrementarla, aumentar su nivel de energía y su bienestar todavía más para que puedan disfrutar plenamente de su día a día.
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